Sala Segunda. Sentencia 612/2024
EXP. N.° 00854-2023-PA/TC
LA LIBERTAD
AGROINDUSTRIAL LAREDO S.A.A.
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 12 días del mes de abril de 2024, la Sala Segunda del Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados Gutiérrez Ticse y Ochoa Cardich, con la participación del magistrado Hernández Chávez, convocado para dirimir la discordia suscitada en autos, ha emitido la presente sentencia. El magistrado Domínguez Haro emitió voto singular, el cual se agrega. Los magistrados intervinientes firman digitalmente en señal de conformidad con lo votado.
Recurso de agravio constitucional interpuesto por Agroindustrial Laredo S.A.A. contra la resolución de fecha 22 de diciembre de 2022[1], expedida por la Segunda Sala Especializada en lo Civil de la Corte Superior de Justicia de La Libertad que, revocando y reformando la apelada, declaró infundada la demanda de autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 8 de
setiembre de 2017[2], el recurrente
interpone demanda de amparo en contra del Octavo Juzgado Laboral Permanente de
la Corte Superior de Justicia de La Libertad y el procurador público a cargo de
los asuntos judiciales del Poder Judicial, a fin de que se declare nula la
Resolución 6, de fecha 12 de julio de 2017[3] que, revocando la
Resolución 3, de fecha 19 de enero de 2017, que declaró infundada en parte la
demanda sobre reintegro de remuneraciones interpuesta en su contra por don
Edgardo Domingo Reyes Plasencia, reformándola, la declaró fundada, en
consecuencia, ordenó el pago de S/.18,897.10, con abono de intereses legales[4].
Manifiesta que el
juzgado emplazado no actuó conforme a la normativa vigente para resolver el
recurso de apelación, pues la Ley 29497 - Ley Procesal del Trabajo, prevé en su
artículo 2, inciso 1), literal c), que el juez competente para dilucidar una
pretensión relacionada a actos de discriminación en el acceso, ejecución y
extinción de la relación laboral es el juzgado especializado de trabajo. Así,
es evidente que, por mandato legal expreso, la controversia que debió ser
resuelta en el proceso ordinario laboral, es decir, en un juzgado especializado
como órgano de primera instancia, sin embargo, fue tramitada ante un juzgado de
paz letrado, en la vía abreviada laboral, sin advertir el emplazado que existía
incompetencia por razón de la materia. Asimismo, aun cuando se identificó
correctamente que las labores realizadas por los trabajadores que se compararon
eran de complejidad distinta, sin embargo, se declaró la existencia de un trato
discriminatorio a favor del demandante, por lo que dicha conclusión no guarda
coherencia lógica con las premisas, ni con los hechos, por lo que se han
vulnerado sus derechos fundamentales a la tutela procesal efectiva, al debido
proceso, a la motivación de las resoluciones judiciales, a la igualdad y a la
no discriminación.
El procurador público adjunto a
cargo de los asuntos judiciales del Poder Judicial contesta la demanda
solicitando que se la declare improcedente o infundada[5]. Refiere que la cuestionada
resolución cuenta con una debida motivación, basada en la apreciación razonada
y el criterio jurisdiccional utilizado por el emplazado. Agrega que resulta evidente que el demandante se encuentra
disconforme con lo resuelto por el emplazado por resultarle adverso a sus
intereses.
Doña Silvia Elizabeth
Meléndez García, en calidad de jueza emplazada, contesta la demanda solicitando
se la declare improcedente o infundada[6]. Aduce que no existe la
referida incompetencia por razón de la materia, pues la pretensión principal
era el reintegro de remuneración ordinaria mensual por discriminación salarial
y no como señala el demandante, quien no formuló cuestionamiento alguno de la
competencia, sino que, por el contrario, se pronunció sobre cada uno de los
extremos invocados en la demanda, solicitando que esta se declare infundada.
Por otro lado, la pretensión de reintegro de remuneraciones fue debidamente
fundamentada, por lo que la sentencia se encuentra motivada. Advierte que lo
que se pretende es convertir al proceso de amparo en una tercera instancia que
revalore las pruebas actuadas en el proceso ordinario.
El Noveno Juzgado Civil de Trujillo de la Corte Superior de Justicia de
La Libertad, con fecha 25 de mayo de 2022[7], declaró fundada la demanda por considerar que, si bien es cierto, el
juzgado de paz letrado laboral resultaba competente por razón de la materia,
sin embargo, resulta incongruente que el emplazado haya señalado que las labores
realizadas por los trabajadores comparados son actividades de complejidad
distinta que requerían de conocimientos y habilidades distintos, pero concluyó
que ambas funciones tenían el mismo fin, por lo que existía una discriminación
laboral. De ello, concluyó que no solo se había configurado una indebida
motivación, sino que se había vulnerado el derecho a la igualdad, ya que no
existía coherencia lógica con las premisas ni con los hechos.
La Segunda Sala Especializada en lo Civil de la Corte Superior de
Justicia de La Libertad, con fecha 22 de diciembre de 2022, revocando y
reformando la apelada, declaró infundada la demanda por estimar que no es cierto que
exista una deficiente justificación interna en la resolución cuestionada, toda
vez que no existe contradicción en la coherencia lógica interna desplegada por
la jueza emplazada, pues nunca se afirmó que las funciones que realizaba el actor
(conductor del tractor) no eran las mismas que el trabajador comparativo
(manejo de cosechadora), ya que esta afirmación fue del juez del Primer Juzgado
de Paz Letrado de Trabajo de Trujillo, que actuó como órgano de primera
instancia. Agrega que lo que busca el demandante es que se confirme la
resolución de primera instancia que desestimó la demanda. Asimismo, la alegada inobservancia
del contenido constitucional del derecho a la igualdad y a la no
discriminación, realmente se trataría de una discrepancia al criterio acogido
por la jueza emplazada, lo cual no forma parte del contenido
constitucionalmente protegido a través de un amparo contra resoluciones
judiciales. Por último, considera correcto que el juzgado de paz letrado laboral resultaba competente por razón de la
materia.
FUNDAMENTOS
Petitorio
1.
En
el caso de autos, el recurrente pretende que se declare
nula la Resolución 6, de fecha 12 de julio de 2017 que, revocando la Resolución
3, de fecha 19 de enero de 2017, que declaró infundada en parte la demanda
sobre reintegro de remuneraciones interpuesta en su contra por don Edgardo
Domingo Reyes Plasencia, reformándola, la declaró fundada. Alega, básicamente,
que se han vulnerado sus derechos fundamentales a la
tutela procesal efectiva, al debido proceso, a la motivación de las
resoluciones judiciales, a la igualdad y a la no discriminación.
Sobre
la debida motivación de las resoluciones judiciales
2.
El
derecho a la motivación de las resoluciones judiciales se encuentra recogido en
el numeral 5, del artículo 139, de la Constitución Política, conforme al cual,
constituye un principio y un derecho de la función jurisdiccional “La
motivación escrita de las resoluciones judiciales en todas las instancias,
excepto los decretos de mero trámite, con mención expresa de la ley aplicable y
los fundamentos de hecho en que se sustentan”.
3.
En
la sentencia emitida en el Expediente 04302-2012-PA, el Tribunal Constitucional
señaló que
5. […] este derecho implica que cualquier decisión judicial cuente con
un razonamiento (elementos y razones de juicio) que no sea aparente, defectuoso
o irrazonable, sino que exponga de manera clara, lógica y jurídica los
fundamentos de hecho y de derecho que la justifican (STC 06712-2005-PHC/TC,
fundamento 10). De este modo, el derecho a la motivación de las resoluciones
judiciales encuentra su fundamento en la necesidad de que las partes conozcan
el proceso lógico-jurídico (ratio decidendi) que conduce a la decisión,
y de controlar la aplicación del derecho realizada por los órganos judiciales,
pues ésta no puede ser arbitraria, defectuosa, irrazonada o inexistente.
4.
En
ese sentido, tal como lo ha precisado este Alto Tribunal en diversa
jurisprudencia, el derecho a la motivación de las resoluciones judiciales no
garantiza una determinada extensión de la motivación, por lo que su contenido
constitucional se respeta prima facie:
a) siempre que exista fundamentación jurídica, que no implica la sola mención
de las normas a aplicar al caso, sino la explicación de por qué tal caso se
encuentra o no dentro de los supuestos que contemplan tales normas; b) siempre
que exista congruencia entre lo pedido y lo resuelto, que implica la
manifestación de los argumentos que expresarán la conformidad entre los
pronunciamientos del fallo y las pretensiones formuladas por las partes; y, c)
siempre que por sí misma exprese una suficiente justificación de la decisión
adoptada, aun si esta es breve o concisa, o se presenta el supuesto de
motivación por remisión[8].
5.
De
esta manera, si bien no todo ni cualquier error en el que eventualmente incurra
una resolución judicial constituye automáticamente la violación del contenido
constitucionalmente protegido del derecho a la motivación de las resoluciones
judiciales, cierto es también que el deber de motivar constituye una garantía
del justiciable frente a la arbitrariedad judicial y garantiza que las
resoluciones no se encuentren justificadas en el mero capricho de los
magistrados, sino en datos objetivos que proporciona el ordenamiento jurídico o
los que se derivan del caso.
Análisis del caso concreto
6.
Esta
Sala del Tribunal Constitucional advierte que la cuestionada Resolución 6, de fecha
12 de julio de 2017[9]
que, revocando la apelada, declaró fundada la demanda sobre reintegro de
remuneraciones interpuesta en contra del demandante, se sustentó básicamente en
que no era causa suficiente, objetiva ni razonable considerar que el trato
remunerativo desigual se encontraba justificado en que las labores del
comparativo eran de mayor complejidad, tal como se había señalado en primera
instancia, pues todas las labores se encontraban dirigidas a la producción de
caña de azúcar y la demandada no había desvirtuado que las actividades
desarrolladas por cada uno respondan a un fin distinto. Así pues, se consideró
que la demandada (hoy demandante) no había presentado documento alguno que
establezca que un conductor de tractor y de máquina cosechadora perciban
remuneraciones distintas; más aún, si en todas las boletas de pago del actor y
del comparativo, no se advertía diferencia entre los cargos desarrollados por
ambos (operador de maquinaria agrícola), por lo que se estimó que se había
acreditado el trato discriminatorio de la remuneración entre ambos trabajadores
que ocupaban el mismo cargo.
7.
Por
otro lado, de la cuestionada resolución no se advierte que el demandante hubiese
solicitado que se aplique determinada norma o que hubiese cuestionado la
competencia del juzgado de primera instancia, tal como lo hace en el presente
proceso, por lo que no cabe emitir pronunciamiento alguno al respecto.
8.
De
lo mencionado en los fundamentos precedentes, desde el punto de vista del
derecho a la debida motivación de las resoluciones judiciales, para esta Sala
del Tribunal Constitucional no cabe objeción contra la cuestionada resolución,
toda vez que esta se sustentó en los medios probatorios y concluyó que no había
diferencia entre los cargos desarrollados por los trabajadores que fueran
comparados, por lo que corresponde desestimar la presente demanda al no
advertirse la vulneración de derecho alguno.
9.
Por
último, cabe recordar que el Tribunal Constitucional ha establecido que, si
bien a través del amparo el juez constitucional puede examinar la presunta
inconstitucionalidad de una resolución judicial, no es labor de la justicia
constitucional subrogar al juez ordinario en la interpretación y aplicación de
los dispositivos legales, como tampoco lo es analizar la comprensión que la
justicia ordinaria realice de estos. Por el contrario, solo cabe revisar las
decisiones emitidas por la justicia ordinaria cuando éstas, y sus efectos,
contravengan los principios que informan la función jurisdiccional encomendada,
o los pronunciamientos adoptados vulneren los principios razonabilidad y
proporcionalidad, afectando con ello de modo manifiesto y grave cualquier derecho
fundamental, lo cual no se advierte que hubiese ocurrido de autos.
Por estos
fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú,
HA RESUELTO
Declarar INFUNDADA la demanda de amparo.
Publíquese y notifíquese.
SS.
GUTIÉRREZ TICSE
OCHOA CARDICH
HERNÁNDEZ CHÁVEZ
PONENTE GUTIÉRREZ TICSE
VOTO DEL MAGISTRADO HERNÁNDEZ CHÁVEZ
Habiendo sido llamado a dirimir la
presente discordia, me adhiero al sentido de la ponencia, que resuelve declarar
INFUNDADA la demanda de amparo.
S.
HERNÁNDEZ
CHÁVEZ
VOTO SINGULAR DEL
MAGISTRADO DOMÍNGUEZ HARO
Con el debido
respeto por la opinión de mis honorables colegas, emito el presente voto
singular, pues, a mi juicio, la demanda resulta improcedente. Precisamente por
eso, no corresponde dictar un pronunciamiento de fondo.
1.
Con
fecha 8 de setiembre de 2017 [cfr. fojas 35], la parte demandante interpone
demanda de amparo en contra del Octavo Juzgado Laboral Permanente de la Corte
Superior de Justicia de La Libertad, a fin de que se declare nula la Resolución
6 [cfr. fojas 25], de fecha 12 de julio de 2017, que revoca la Resolución 3
[cfr. fojas 18], de fecha 19 de enero de 2017, emitida por el Primer Juzgado de
Paz Letrado de Trujillo de la Corte Superior de Justicia de La Libertad, que
declara infundada la demanda sobre reintegro de remuneraciones interpuesta en
su contra por don Edgardo Domingo Reyes Plasencia; y, reformándola, la declaró
fundada.
2.
La parte demandante
denuncia la violación del derecho fundamental al juez predeterminado por la
ley, ya que la demanda laboral subyacente debió iniciar en un juzgado
especializado —vía proceso ordinario laboral— y no en un juzgado de paz letrado
—vía proceso abreviado laboral—, porque Edgardo Domingo Reyes Plasencia planteó,
como pretensión, una homologación de remuneraciones, dado que padece una
discriminación salarial.
3.
La
parte recurrente denuncia la conculcación del derecho fundamental a la
motivación, pues la fundamentación de la Resolución 6 incurre en un vicio o
déficit de motivación interna, ya que
[…] a pesar de reconocer expresamente estas
diferencias sustanciales entre el Sr. Reyes Plasencia y el homólogo Víctor José
Varas Yupanqui, la Juez, en sede de instancia, ha declarado la existencia de
alguna suerte de trato discriminatorio a favor del demandante, ello bajo la
sorpresiva e injustificada conclusión de que "no se advierte diferencia
entre los cargos de ambos, por lo que existiría una discriminación salarial”
[…]
4.
Y,
así mismo, que la argumentación de la Resolución
6 incurre
en un vicio o déficit de insuficiencia, porque:
Ha
esgrimido el fundamento para determinar una discriminación salarial consistente
en que las funciones de ambos trabajadores son para un mismo fin; sin embargo,
esta lógica es completamente contraria a ley y a la jurisprudencia (de la Corte
Suprema y del Tribunal Constitucional) sobre homologación de remuneraciones,
jurisprudencia cuya contradicción no ha justificado.
5.
Ahora
bien, en cuanto a la alegada transgresión de su derecho fundamental al juez
predeterminado por la ley, considero que, en aplicación de lo contemplado en el
artículo 9 del Nuevo Código Procesal Constitucional, que estipula que el
control constitucional de las resoluciones judiciales a través del proceso de habeas
corpus y del proceso de amparo se encuentra subordinado a que se cumpla con
el requisito de firmeza, este extremo de la demanda resulta improcedente.
6.
En
relación a qué debe entenderse por resolución judicial firme, juzgo pertinente
recordar que, en el fundamento 5 de la sentencia dictada en el Expediente
04107-2004-PHC/TC, se especificó que es “aquella contra la que se ha agotado
los recursos previstos por la ley procesal de la materia”. Por tanto, antes
de plantear su reclamo en sede constitucional, la parte demandante debe
cuestionar, al interior del proceso subyacente, la actuación que precisamente
denuncia como lesiva al contenido constitucionalmente protegido de algún
derecho fundamental. Sin embargo, no advierto que la parte demandante hubiera
cuestionado la competencia del Primer Juzgado de Paz
Letrado de Trujillo de la Corte Superior de Justicia de La Libertad a través
una excepción de incompetencia; en consecuencia, no se cumple con el requisito
de firmeza.
7.
A mayor abundamiento, considero necesario añadir
que, en todo caso, no resulta viable que, una vez concluido el proceso, la
parte emplazada que ha sido vencida en el mismo recién cuestione la competencia
del juzgado que conoció aquella demanda en primera instancia, pues, como
resulta evidente, precluyó el estadio procesal para hacerlo. Ello, además, se
condice con la idea de que el proceso de amparo no puede ser utilizado para
flexibilizar la preclusión y, de este modo, enmendar su eventual falta diligencia
al momento de estructurar su defensa.
8.
Ahora
bien, en lo que respecta a la esgrimida violación del derecho fundamental a la
motivación, considero que, en aplicación de la causal de improcedencia prevista
en el numeral 1 del artículo 7 del Nuevo Código Procesal Constitucional, este
extremo de la demanda también resulta improcedente, pues, a mi juicio, lo
concretamente objetado es la corrección de la apreciación realizada por el Octavo Juzgado Laboral Permanente de la Corte Superior de Justicia de La
Libertad, que determinó que don Edgardo Domingo Reyes Plasencia sufrió una
discriminación remunerativa, como este último lo reclamó.
9.
Al
respecto, conviene recordar que en el fundamento 2 de la sentencia dictada en
el Expediente 01480-2006-PA/TC se indicó que
[…]
la tutela del derecho a la motivación de las resoluciones judiciales no debe ni
puede servir de pretexto para someter a un nuevo examen las cuestiones de fondo
ya decididas por los jueces ordinarios […]
10.
Por
consiguiente, estimo que si la remuneración que Agroindustrial Laredo SAA abona
al conductor de camiones debe ser la misma que paga al operario de maquinaria
cosechadora —o, por el contrario, resulta viable que perciban salarios
diferentes, en atención a que esta última exige mayor capacitación y
experiencia, pues el manejo de la maquinaria cosechadora es más complejo que el
manejo de un camión—; eso es algo que fue finalmente dirimido por el Octavo Juzgado Laboral Permanente de la Corte Superior de Justicia de
La Libertad, en la sentencia sometida a escrutinio constitucional, tras evaluar,
conforme a sus atribuciones y competencias, lo puntualmente argumentado por don
Edgardo Domingo Reyes Plasencia y por Agroindustrial Laredo SAA.
11.
Siendo
ello así, la aducida conculcación del derecho fundamental a la motivación
encubre, en los hechos, la intención de recurrir la apreciación fáctica y
jurídica realizada por el Octavo Juzgado Laboral Permanente de la Corte
Superior de Justicia de La Libertad. De ahí que, a mi modo de ver las cosas,
esa discusión ya fue zanjada en el proceso laboral subyacente.
S.
DOMÍNGUEZ
HARO