EXP. N.° 04059-2010-PHC/TC
AREQUIPA
PEDRO HUMBERTO
ARÉVALO HERNÁNDEZ
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 20 días del mes de abril de 2011, la
Sala Primera del Tribunal Constitucional, integrada por los Magistrados Álvarez
Miranda, Beaumont Callirgos y Calle Hayen, pronuncia la siguiente
sentencia
ASUNTO
El recurso de agravio constitucional
interpuesto por don Pedro Humberto Arévalo Hernández contra la resolución expedida
por la Sala Penal de Apelación de la Corte Superior de Justicia de Arequipa, de
fojas 155, su fecha 31 de agosto del 2010, que declaró improcedente la demanda
de autos.
ANTECEDENTES
Con
fecha 19 de marzo del 2010, don Pedro Humberto Arévalo Hernández interpone demanda
de hábeas corpus contra los vocales de la Segunda Sala Penal Liquidadora
Permanente de la Corte Superior de Justicia de Arequipa, Vega Velarde, Sahuanay
Calsín y Gómez Baca; alegando la vulneración de los derechos al debido proceso,
a la libertad individual y del principio de tempus
regit actum, por lo que solicita la nulidad de la
resolución de fecha 21 de enero del 2010, que declaró improcedente su solicitud
de liberación condicional.
El
recurrente refiere que el 28 de diciembre del 2005 fue sentenciado en el
proceso penal N.º 195-92 (acumulado 2002-4195) por el delito de terrorismo a 23
años de pena privativa de la libertad; que habiendo cumplido los requisitos
establecidos en el Decreto Legislativo N.º 927, presentó su solicitud para la
obtención del beneficio penitenciario de libertad condicional, siendo que tanto
la solicitud como los documentos fueron expedidos por el INPE de Socabaya en
fecha anterior a la publicación de la Ley N.º 29423,
por lo que le corresponde que le sea aplicado el Decreto Legislativo N.º 927 y
se le conceda dicho beneficio.
A
fojas 59 y 60 de autos obra la declaración de los vocales emplazados, quienes
manifiestan que la solicitud del recurrente fue declarada improcedente pues
recién a partir del conocimiento por parte del órgano jurisdicional se inicia
propiamente el procedimiento destinado a obtener el beneficio penitenciario,
conforme al artículo 55.º del Código de Ejecución Penal.
El
Procurador Público Adjunto ad hoc en procesos judiciales constitucionales del
Poder Judicial al contestar la demanda señala que el beneficio penitenciario
para el delito de terrorismo establecido en el Decreto Legislativo N.º 927 fue
derogado por la Ley N.º 29423, vigente desde el 15 de octubre del 2009.
El Primer Juzgado Penal Unipersonal, con fecha 24 de junio
del 2010, declara infundada la demanda al considerar que la resolución
cuestionada ha sido expedida conforme a ley y a la Constitución Política del
Perú, señalando que la aplicación del principio tempus regit actum está dirigida a actos jurisdiccionales y no a
los realizados en sede administrativa.
La
Sala Penal de Apelación de la Corte Superior de Justicia de Arequipa revoca la
apelada y la improcedente al considerar que la fecha que corresponde es la de
presentación de la solicitud para obtener el beneficio penitenciario.
FUNDAMENTOS
- El objeto de la demanda
es que se declare la nulidad de la resolución de fecha 21 de enero del 2010, expedida por la
Segunda Sala Penal Liquidadora Permanente de la Corte Superior de Justicia
de Arequipa que declaró improcedente la solicitud de liberación
condicional de don Pedro Humberto Arévalo Hernández. El accionante alega
la vulneración de los derechos al debido proceso, a la libertad individual
y del principio tempus regit actum.
- La
Constitución Política del Perú señala en su artículo 139°, inciso 22, que
el régimen penitenciario tiene por objeto la reeducación, rehabilitación y
reincorporación del penado a la sociedad, lo cual, a su vez, es congruente
con el artículo 10.3 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, que señala que: “el régimen penitenciario consistirá en un
tratamiento cuya finalidad esencial será la reforma y la readaptación
social de los penados”. Al respecto, este Tribunal ha precisado en la Sentencia
recaída en el Expediente N.º 010-2002-AI/TC, FJ
208, que los propósitos de reeducación y rehabilitación del penado “[...]
suponen, intrínsecamente, la posibilidad de que el legislador pueda
autorizar que los penados, antes de la culminación de las penas que les
fueron impuestas, puedan recobrar su libertad si los propósitos de la pena
hubieran sido atendidos. La justificación de las penas privativas de la
libertad es, en definitiva, proteger a la sociedad contra el delito”.
- En cuanto a
la supuesta afectación a los principios de irretroactividad de la ley y de
la aplicación de la ley más favorable al reo en materia penal
(establecidos en el artículo 103.° de la Constitución, este Supremo
Intérprete de la Constitución ha señalado en la Sentencia recaída en el Expediente
N.º 4786-2004-HC/TC que “pese a que
existe un nexo entre la ley penal (que califica la conducta antijurídica y
establece la pena) y la penitenciaria (que regula las condiciones en las
que se ejecutará la pena impuesta), esta última no tiene la naturaleza de
una ley penal, cuya duda sobre sus alcances o eventual colisión con otras
leyes imponga al juzgador la obligación de aplicar la ley más favorable”. Desde esa perspectiva, atendiendo a que las
normas que regulan el acceso a los beneficios penitenciarios no son normas
penales materiales sino normas de derecho penitenciario, sus disposiciones
deben ser consideradas como normas procedimentales, puesto que ellas
establecen los presupuestos que fijan su ámbito de aplicación, la
prohibición de acceder a beneficios penales y la recepción de beneficios
penitenciarios aplicables a los condenados.
- Es en este
contexto que este Tribunal ha precisado en la sentencia recaída en el caso
Carlos Saldaña Saldaña (Expediente N.º
2196-2002-HC/TC FFJJ 8 y 10) que “[e]n el caso de las normas procesales penales rige el
principio tempus regis actum, que establece que la ley procesal
aplicable en el tiempo es la que se encuentra vigente al momento de
resolverse el acto. [No obstante, se considera asimismo que] la legislación aplicable para resolver
un determinado acto procedimental, como el que atañe a los
beneficios penitenciarios, está representada por la fecha en la cual se
inicia el procedimiento destinado a obtener el beneficio penitenciario,
esto es, el momento de la presentación de la solicitud para acogerse a
éste”.
- El recurrente
alega que le correspondería que se le aplique el Decreto Legislativo N.º
927, pues este estaba vigente a la fecha de presentación de su solicitud
para la concesión del beneficio de liberación condicional; sin embargo, la
solicitud a que se refiere son los diversos documentos solicitados ante la
autoridad administrativa; es así que solicita certificado de conducta, el
17 de setiembre del 2009; certificado de no tener proceso pendiente con
mandato de detención, 7 de octubre del 2009; cómputo educativo 16 de
setiembre del 2009; constancia de trabajo 11 de setiembre del 2009 (fojas
3 de autos).
- Al respecto,
la ley aplicable es la que que se encontraba vigente al momento de
presentarse la petición ante el juez y no como erróneamente considera el recurrente
la fecha en que recurre a la autoridad
administrativa para organizar su expediente para la obtención del
beneficio de libertad condicional; por consiguiente, al haber presentado el
recurrente su solicitud ante el juzgado el 5 de noviembre del 2009 (fojas
10 vuelta), cuando ya se encontraba en vigor la Ley N.º 29423,
correspondía que sea esta ley y no el decreto legislativo invocado la que
se aplique para resolver su solicitud.
- El Tribunal Constitucional
ha señalado en la Sentencia recaída en el Expediente N.° 2700-2006-PHC/TC,
caso Víctor Alfredo Polay Campos, que, en estricto, los beneficios
penitenciarios no son derechos fundamentales, sino garantías previstas por
el Derecho de Ejecución Penal, cuyo fin es concretizar el principio
constitucional de resocialización y reeducación del interno. En efecto, a
diferencia de los derechos fundamentales, las garantías no engendran
derechos subjetivos, de ahí que puedan ser limitadas. Las garantías
persiguen el aseguramiento de determinadas instituciones jurídicas y no
engendran derechos fundamentales a favor de las personas. Por otro lado,
no cabe duda de que aun cuando los beneficios penitenciarios no
constituyen derechos, su denegación, revocación o restricción del acceso a
los mismos debe obedecer a motivos objetivos y razonables, por lo que la
resolución judicial que se pronuncia al respecto debe cumplir con la
exigencia de la motivación de las resoluciones judiciales.
8.
Del análisis de la
resolución de fecha 21 de enero del 2010, a fojas 8 de autos, se aprecia que
ésta se encuentra debidamente motivada respecto a la aplicación de la Ley N.º
29423, que determinó que se confirme el auto que declaró improcedente su
solicitud de liberación condicional. Por consiguiente es de aplicación, a contrario
sensu, el artículo 2.º del Código Procesal
Constitucional.
Por estos fundamentos, el
Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la Constitución
Política del Perú
RESUELVE
Declarar INFUNDADA la demanda de
hábeas corpus.
Publíquese y notifíquese.
SS.
ÁLVAREZ MIRANDA
BEAUMONT CALLIRGOS
CALLE HAYEN